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Soñando en el fin del mundo

Fui periodista y lector… Ahora solo soy lector y aprendiz de viajero. Cuido a mis amigos porque ellos me cuidan a mí. Paseo por el monte, veo partidos de rugby y leo todo lo que cae en mis manos, pero no hago ascos a un viaje ni a una fiesta, en particular si es de rock and roll. Acumulo libros de historia porque sigo creyendo que la realidad es mejor que la ficción y me gustan las estanterías llenas.

George Washington De Long, enviado al Ártico por el editor James Gordon Bennett, jr.
George Washington De Long, enviado al Ártico por el editor James Gordon Bennett, jr./ Wikipedia. Dominio público

Este texto fue publicado originalmente en la serie Batallitas de El Correo en 2016

¿Por qué un lugar perdido del Ártico lleva el nombre de un editor de periódicos? La isla Bennett fue bautizada así en honor del propietario del ‘New York Herald’, James Gordon Bennett jr., mecenas de una heroica expedición al Polo Norte que rindió grandes frutos a la ciencia entre 1879 y 1882 -reveló que una corriente recorre el Ártico de este a oeste-, pero se cobró las vidas de 19 de sus 33 integrantes, incluida la de su desdichado capitán, George Washington De Long.

Fue una historia trágica y romantica que conmovió a la opinión pública y conmocionó al propio Bennett, aunque también cumplió su objetivo: aumentar las ventas de su periódico. Los detalles del desastre se conocieron gracias a un diario de De Long hallado durante la búsqueda de los desaparecidos y adquirió tintes de epopeya al ser descubiero su cadáver bajo la nieve, con el brazo derecho ligeramente levantado y un dedo señalando al firmamento.

La expedición se gestó en 1878, cuando el dueño de ‘Herald’ viajó a Europa para comprar un barco y adaptarlo a la navegación por el Ártico. A Bennett le había fascinado una teoría del geógrafo alemán August Peterman, según la cual el Polo Norte estaba en el centro de una masa de agua circundada por un anillo de hielo. El millonario escogió a De Long, un explorador veterano, para que verificara esa hipótesis. Antes eligieron juntos el navío llamado a realizar el proyecto, el ‘Pandora’, una antigua cañonera de la Armada británica que ya había sido utilizada en otras exploraciones polares y fue rebautizada como ‘Jeannette’, una hija de Bennett.

El ‘Jeannette’ zarpó de San Francisco el 8 de julio de 1879 hacia el estrecho de Bering con treinta oficiales y marinos de la Armada estadounidense y tres civiles a bordo. Su última comunicación con Washington tuvo lugar el 27 de agosto desde la bahía de San Lorenzo, en Siberia. Ese mismo verano avanzó por el mar de Chukchi hasta que la banquisa aprisionó el navío al norte de la isla Wrangel, empujándolo al noroeste durante dos años, periodo en el que la expedición se dedicó a tareas científicas. En mayo de 1881 descubrió el archipiélago que hoy se llama De Long (formado por las islas Bennett, mencionada al principio, Jeannette y Henriette).

Sin embargo, aquel encierro ártico se volvió crítico a finales del verano, cuando la presión del hielo destruyó el ‘Jeannette’. En septiembre, los expedicionarios se repartieron en tres botes para navegar a tierra firme, al delta del río Lena, en Siberia, pero una tempestad los dispersó.

Uno de los grupos zozobró y nunca más se supo de él. Otro, liderado por el ‘número dos’ de la expedición, George Melville, logró salvarse, mientras que el tercero, doce individuos y un perro encabezados por De Long, fue diezmado por el hambre y las bajas temperaturas en los meses siguientes.

De Long ordenó a los dos hombres de su grupo que aún conservaban fuerzas que partieran en busca de ayuda. Ellos tuvieron suerte y dieron con Melville, que había encontrado un asentamiento nativo, pero era demasiado tarde para los que habían quedado atrás.

Fue Melville quien halló los cuerpos de De Long y de dos expedicionarios en marzo de 1882, tras un intentona anterior en la que apareció el diario del capitán, entre otros documentos. La última entrada decía: «Mister Collins se está muriendo…».

Melville erigió un túmulo de piedras en el punto donde expiró De Long, un lugar llamado Mat Bay, en Yakutia. Luego marchó a la ciudad siberiana de Irkutsk, dando por concluida la expedición del ‘New York Herald’.

Sin embargo, lo que quedó del ‘Jeannette’ continuó vagando por el Ártico. En 1884, algunos restos fueron identificados al sudoeste de Groenlandia, un hallazgo que impulsó al noruego Fridtjof Nansen a organizar la legendaria expedición del ‘Fram’ al Ártico.

El ‘Fram’ (Adelante) era un barco con un casco especial en forma de nuez para resistir el hielo. En 1893, Nansen zarpó de Noruega hacia las islas de Nueva Siberia para dejarse atrapar por el hielo, pensando que la deriva lo llevaría al Polo Norte. Después de esperar dos años sin resultados decidió lograr su objetivo en trineo y kayak, pero tampoco tuvo éxito y deambuló por el Ártico hasta la Tierra de Francisco José, donde encontró al explorador Frederick Jackson.

El ‘Fram’ fue arrastrado por la banquisa hasta las aguas libres del Mar el Norte y regresó a Noruega en 1896. Así se confirmó, como habían sugerido los restos del ‘Jeannette’, que existía una corriente de este a oeste en el Ártico, contribución que había costado la vida a De Long y a más de la mitad de sus hombres. En el cementerio de la Escuela Naval de Annapolis un monumento recuerda al capitán del ‘Jeannette’.

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